Gracias por esperarme amigos. Ya de regreso, después de engrasar mi "máquina", comenzamos por estos Pegasos que hice bastante tiempo atrás, pero recuerdo que fue en uno de esos pocos días que las cosas te salen a la primera y sin esfuerzo alguno. Seguimos adelante.
Pegaso: En la mitología griega, caballo alado, hijo de Poseidón, dios del mar, y de la górgona Medusa. Pegaso nació del cuello de Medusa después de ser vencida y muerta por el héroe Perseo. Poco después de su nacimiento, el mágico corcel golpeó con una coz el suelo del monte Helicón y en el acto comenzó a fluir un manantial, después consagrado a las Musas y que, según se cree, es la fuente de la inspiración poética. Todos intentaron en vano capturar y amansar al caballo, y ésta se convirtió en la obsesión de Belerofonte, príncipe de Corinto. Siguiendo el consejo de un adivino, Belerofonte pasó una noche en el templo de la diosa Atenea. Mientras dormía, se le apareció la diosa con una brida de oro y le dijo que ésta le permitiría capturar a Pegaso. Cuando despertó, encontró la brida de oro junto a él, y con ella pudo capturar y amansar fácilmente al caballo alado. A partir de ese momento, Pegaso se convirtió en una gran ayuda para el héroe y lo acompañó en sus aventuras contra las amazonas y la Quimera. Belerofonte, sin embargo, fue víctima de su propio orgullo. Cuando logró volar hasta la cima del monte Olimpo para reunirse con los dioses, el prudente caballo lo derribó y dejó que Belerofonte vagara sin rumbo, desconsolado, rechazado por los inmortales. Pegaso encontró refugio en los establos olímpicos y Zeus le encargó que le llevara el trueno y el rayo, los símbolos de su poder.
Aquí no me negaréis que no puede faltar nuestro poeta universal D. Antonio Machado con esta obra de arte. Con tan pocas palabras y como nos transporta.
Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera...
Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!.
D. Antonio Machado.
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