SIGUE ESTE BLOG

(0)

PODRÁS VER MI OBRA en la PLAZA de los PINTORES en el MADRID de los AUSTRIAS-TODOS los DOMINGOS de 10 a 14 horas

17 nov 2010

EL FLAMENCO, PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD



  En esta pequeña obra, intento captar la fuerza y el sentimiento que encierra la gran manifestación artística y cultural que contienen tanto el cante como el baile flamenco. Afortunadamente ya hace tiempo que desbordaron nuestras fronteras y son reconocidos mundialmente.
Abajo dejo un par de vídeos de Carmen Amaya, diminuta figura y gigantesca bailaora, auténtica, maravillosa y por supuesto el gran maestro de la guitarra Paco de Lucia .

-0000-




La legendaria CARMEN AMAYA  (1.913 - 1.963)





El gran maestro PACO DE LUCIA (1.947 - 2.014)


FELICIDADES a todos los que somos amantes de El FLAMENCO
  Cada año, el Comité se reúne para evaluar las candidaturas y decidir acerca de las inscripciones de las prácticas y expresiones culturales del patrimonio inmaterial propuestas por los Estados partes en la Convención de 2003.

  La Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia,  se compone de elementos del patrimonio cultural inmaterial que las comunidades y los Estados Partes consideran que necesitan medidas de salvaguardia urgentes para asegurar su trasmisión. Las inscripciones en esta Lista contribuyen a movilizar la cooperación y la asistencia internacionales para que los actores interesados puedan tomar medidas de salvaguardia adecuadas.

  Para mantenerse en vida, el patrimonio cultural inmaterial debe ser pertinente para su comunidad, recrearse continuamente y transmitirse de una generación a la siguiente. Se corre el riesgo de que algunos elementos del patrimonio cultural inmaterial mueran o desaparezcan si no se les ayuda, pero salvaguardar no significa fijar o fosilizar este patrimonio en una forma “pura” o “primigenia”. Salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial supone transferir conocimientos, técnicas y significados. La Convención hace hincapié en la transmisión o comunicación del patrimonio de generación en generación, no en la producción de manifestaciones concretas como danzas, canciones, instrumentos musicales o artículos de artesanía. Así pues, toda acción de salvaguardia consistirá, en gran medida, en reforzar las diversas condiciones, materiales o inmateriales, que son necesarias para la evolución e interpretación continuas del patrimonio cultural inmaterial, así como para su transmisión a las generaciones futuras.

 Las medidas de salvaguardia susceptibles de garantizar la transmisión del patrimonio cultural inmaterial de generación en generación son muy distintas de las que se requieren para proteger el patrimonio material, tanto el natural como el cultural. No obstante, sucede con frecuencia que algunos elementos del patrimonio material están asociados al patrimonio cultural inmaterial. Por eso, en la definición de patrimonio cultural inmaterial la Convención incluye los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que le son inherentes.¿Significa esto que el patrimonio inmaterial deba salvaguardarse siempre, o revitalizarse a toda costa? Como cualquier organismo vivo, el patrimonio inmaterial tiene un ciclo vital y es probable que algunos de sus elementos desaparezcan, tras haber dado a luz nuevas formas de expresión. Es posible que algunas formas del patrimonio cultural inmaterial, a pesar de su valor económico, no se consideren pertinentes o significativas para la propia comunidad. Como indica la Convención, sólo se debe salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial que las comunidades reconozcan como propio y que les infunda un sentimiento de identidad y continuidad. Por “reconocimiento” la Convención entiende un proceso formal –o con mayor frecuencia informal– por el cual las comunidades admiten que forman parte de su patrimonio cultural determinados usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas y, eventualmente, los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes.

  El patrimonio cultural no sólo comprende los monumentos y las colecciones de objetos. Abarca también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, o saberes y técnicas tradicionales de fabricación de objetos artesanales. Aunque esos elementos no son materiales –en el sentido de que no son tangibles– constituyen una parte muy importante de nuestro patrimonio cultural. Son el patrimonio cultural inmaterial, una forma viva del patrimonio que se recrea continuamente y evoluciona a medida que adaptamos nuestros usos y tradiciones al mundo que nos rodea. Nos infunde, con respecto a nuestras culturas, un sentimiento de identidad y pertenencia. 

  A medida que el mundo cambia, la modernización y la mecanización se incorporan a este proceso vivo y, en muchos casos, pueden incluso propiciar y fomentar la creatividad. No obstante, son los pueblos quienes siguen desempeñando un papel esencial en la creación y perpetuación del patrimonio cultural inmaterial.
 Son las comunidades quienes lo crean colectivamente, lo conservan y lo transmiten. Una comunidad puede compartir una expresión del patrimonio cultural inmaterial con otras comunidades que posean expresiones parecidas. Tanto si proceden de una aldea vecina como de una ciudad situada en las antípodas, o han sido adaptadas por pueblos que han emigrado y se han instalado en otra región, todas esas expresiones son elementos del patrimonio cultural inmaterial ya que se han transmitido de generación en generación, han evolucionado adaptándose a su entorno y contribuyen a infundir a cada comunidad un sentimiento de identidad y continuidad. Compartir un patrimonio cultural similar son sólo propicia el respeto y el entendimiento de los demás, sino que además refuerza la cohesión social. Conocer las diferentes formas del patrimonio cultural inmaterial propicia también el respeto de los demás y fomenta el diálogo intercultural.

Mas información en www.unesco.org

12 nov 2010

LA ALBERCA, SALAMANCA I


La Alberca, Peña de Francia
Este es otro boceto que he tomado un día fantástico en una de nuestras escapadas en autocaravana  por tierras salmantinas. Abajo os dejo un vídeo que ilustra este maravilloso pueblecito. Si lo deseáis también podéis visitar mi blog de viajes donde encontraréis los relatos y fotografías de algunas de nuestras salidas a diferentes lugares de España y de Europa. elviajerosinprisa

-0000-

 Nombrar la Sierra de Francia es nombrar La Alberca y nombrar La Alberca suele provocar en el interlocutor un gesto afirmativo o una elocuente muestra de satisfacción. A poco que uno pulule por muestras y ferias de turismo, lea publicaciones del sector o, simplemente, escuche el run run popular de viajeros o amantes de las tradiciones se habrá topado con el nombre de La Alberca o con la imagen reproducida de su crucero o del perfil de sus construcciones ante la Peña de Francia.
  Sucede en esta localidad y en el resto de pueblos de la Sierra que la arquitectura civil o popular es la que, por encima incluso de la monumental o religiosa, y al contrario de otros lugares, otorga fama, da enjundia y seduce al visitante a quien suele resultar difícil substraerse de su atractivo.Bien se puede decir que La Alberca es, por tradición y por mérito, la capital de esta comarca.



Veníamos a decir que los monumentos en La Alberca no se ciñen, como en otros pueblos a dos o tres edificios a reseñar: iglesia, palacio, convento. No.
  Aquí se puede afirmar que todo vecino es propietario de una pequeña o gran obra de arte, pues todas las casas que configuran el casco urbano tienen mérito para pasar por tal, y mérito sumaron para ser, su conjunto, el primer pueblo de España declarado Monumento Histórico Artístico; ya en 1940.
  Sin duda la capacidad de los albercanos para impedir que la historia y el tiempo consumieran, menguaran o modificaran inconvenientemente el aspecto tradicional de su pueblo, es la que ha acumulado razones para la alta consideración que en el ámbito rural tiene La Alberca.Su origen hay que situarlo en el remoto ámbito del siglo XII, época de batallas, reconquistas y repoblaciones, aunque las pinturas prehistóricas en el cercano Valle de Las Batuecas, la presencia de un ara romana en la iglesia parroquial e incluso el origen etimológico del nombre (del árabe Al-Bereka: estanque) hacen especular con mucho más pretérita génesis.No obstante el aspecto actual es en gran medida proveniente del siglo XVIII, época en la que, debido a periodos de prosperidad u otras causas, buena parte del casco urbano se reconstruye. Así lo atestiguan las fechas de los dinteles de las entradas que fueron grabadas junto al nombre de los propietarios y de alegorías de carácter religioso. Esto sucede en calles como la del Tablado, que desde la parte norte del municipio se interna en busca de la plaza principal. Por ella, paseando por el relieve enrollado de su suelo, pueden observarse innumerables muestras de la tradicional casa albercana. Esta consta generalmente de una planta baja hecha de mampostería de granito, a veces con un porticado de columnas o pilares de madera o piedra (uno de los mejores ejemplos es el de la Casa Ducal de la Plaza). Los pisos suelen tener balcones corridos de madera o hierro con guardamalletas troqueladas sobre una larga viga de madera de castaño sujetada por las mencionadas columnas. Las fachadas de estos pisos son en la mayoría de los casos de barro cocido -pocas veces de adobe o de la ladrillo- y encalado que se sustenta por medio de un complejo entramado de vigas de madera que tan curioso aspecto dan a estas construcciones. Las fachadas orientadas al hostigo se cubren de tablones de madera imbricados para protegerlas de la humedad. Al igual que el conjunto urbano, la iglesia parroquial de La Asunción data del siglo XVIII y es preferentemente neoclásica



Todas estas bellezas fueron visitadas, elogiadas y divulgadas a lo largo de los años, por hombres notables como Don Miguel de Unamuno, hispanistas como Maurice Legendre o Jacques Chevalier, directores de cine como Luis Buñuel o pintores como Joaquín Sorolla o Ismael Blat y con toda la humildad y salvando las distancias también por mi en este momento.
Mas información en www.i-bejar.com